
Sueño
El término sueño nos remite a distintas significaciones, así por ejemplo hablamos de sueño cuando nos referimos a un anhelo en la vida pero también al hacerlo con la actividad que realiza nuestro organismo mientras dormimos, y por supuesto a esa otra actividad que tiene lugar en este tiempo y nos proporciona un material onírico que a veces recordamos al despertar. Las alteraciones del sueño son motivo de consulta especialmente cuando la prescripción de fármacos, tan frecuentemente utilizada, no deja al soñante conforme respecto de lo que causa su desvelo. No es fácil convivir con un insomnio pertinaz como no lo es en general hacerlo con todo aquello que interfiere en nuestros propósitos.
Decimos que soñamos despiertos cuando realizamos una actividad que es consciente, se trata entonces de la elección de una idea, un pensamiento con el que elegimos emplear nuestro tiempo y con el que nos gusta entretenernos . Suele ser frecuente en estos casos un temática recurrente que generalmente no suele compartirse, no ocurre lo mismo con los sueños que tenemos mientras dormimos, estos se comparten más frecuentemente, o bien como algo meramente anecdótico a quien tenemos más próximo en ese momento, o con un estatuto bien diferente cuando estos tienen lugar para un sujeto que está en análisis, es decir para quien está realizando la experiencia del inconsciente. Los sueños pueden tener un carácter muy variado, algunos son de angustia y se les conoce con el nombre de pesadilla, otros pueden tener un carácter placentero y en ellos se realiza un deseo insatisfecho, otros son de repetición etc, más allá de sus múltiples manifestaciones y desde el punto de vista clínico, su interés debe localizarse en un trabajo bajo transferencia en la experiencia analítica y así poder extraer de ellos una enseñanza.
Fue el inventor del psicoanálisis, Sigmund Freud, quien dedicó un riguroso y pionero trabajo sobre este tema que quedó recogido en su obra: “la interpretación de los sueños” y donde explora estas formaciones y su relación con el inconsciente.
Al igual que le ocurre al acto fallido, los sueños están por fuera de las intenciones conscientes del sujeto. Con Freud aprendimos a no desestimar estas producciones y a darle su preciso valor para la clínica. Aunque los actos fallidos suelen excusarse a menudo con un “yo no quería decir eso” es de todos conocidos como estos pueden llegar a resultar inadmisibles, así en el terreno del amor no se perdona una equivocación cuando queriendo decir el nombre de la amada o del amado se dice otro. Hay cosas que se escapan a nuestro querer decir pero que sin embargo son dichas y tienen consecuencias Cuando este decir se tiene en cuenta en el encuentro con un psicoanalista puede ocurrir que esto llegue a tener efectos muy beneficiosos por saber de qué inconsciente somos sujetos . Es esta una experiencia sorprendente que pone a trabajar lo que fracasa contrariando las defensas que mantienen ciertas posiciones que están en muchos casos detrás de la pandemia de la época: la depresión.